Apnea obstructiva del sueño: mucho más que un ronquido
Por Dra. Ana María Herrera. Pediatra broncopulmonar.
Si bien el ronquido no es normal a ninguna edad, es un problema bastante frecuente, y se estima que el 10% de los niños lo padece. Se trata de una obstrucción al paso normal del aire al respirar, y se presenta, principalmente, en niños mayores de 2 años.
La apnea obstructiva del sueño y sus consecuencias
Del total de niños que ronca, entre 1% y 3% tienen apnea obstructiva del sueño, lo que puede ser un problema serio. La apnea obstructiva del sueño corresponde a episodios repetidos de obstrucción completa de la vía aérea mientras se está durmiendo, lo que produce una disminución de la oxigenación de la sangre en forma intermitente.
Lo anterior puede causar consecuencias neurocognitivas que se pueden manifestar como problemas de aprendizaje y dificultad para concentrarse, seguir instrucciones y manejar las emociones. El mal rendimiento escolar también está muy ligado a los problemas de hiperactividad que tienen los niños con síndrome de apnea obstructiva del sueño.
Si la apnea obstructiva se mantiene en el tiempo puede causar problemas cardiovasculares como hipertensión pulmonar, aterogénesis, hipertensión arterial y cardiopatía. Los problemas cardiovasculares son gatillados también por la hipoxia intermitente (disminución del nivel de oxígeno en la sangre), la que se produce durante las apneas obstructivas.
Como vemos la apnea obstructiva del sueño puede tener serias consecuencias que van muchísimo mas allá de un simple ronquido.
¿Por qué se produce la apnea obstructiva del sueño?
La apnea obstructiva del sueño se produce por tres grandes causas, siendo la más frecuente una hipertrofia de amígdalas y adenoides. La segunda causa es la obesidad (cada vez más frecuente en los niños). Y, la tercera, causa son las enfermedades de base como las neuromusculares, síndrome de Down, parálisis cerebral y síndromes craneofaciales.
¿Cuándo sospechar apnea obstructiva del sueño?
Ronquido frecuente (tres o más noches/semana).
Respiración laboriosa al dormir.
Episodios observados de apnea (ausencia de movimientos respiratorios).
Postura anormal al dormir (semisentado o con el cuello hiperextendido).
Sudoración excesiva.
Dolor de cabeza al despertar.
Somnolencia diurna.
Déficit atencional o hiperactividad.
Problemas de aprendizaje.
Si tu hijo o hija tiene algunos de estos síntomas, consulta con tu médico para descartar apnea obstructiva del sueño y comenzar un tratamiento a tiempo.