Uso indiscriminado de broncodilatadores en asma pediátrico: ¡un peligro inminente!
Por Dra. Ana María Herrera, pediatra broncopulmonar.
El asma bronquial es la enfermedad crónica más frecuente durante la infancia y, en la gran mayoría de los niños, tiene un origen alérgico, lo que causa inflamación persistente a nivel bronquial. La presencia de esta inflamación crónica predispone a que distintos estímulos puedan desencadenar crisis de asma como, por ejemplo, infecciones virales, exposición a alérgenos y contaminantes ambientales, sobre todo intradomiciliarios, como el humo del cigarrillo.
Si bien en la actualidad no existe un tratamiento que pueda revertir el asma, hay medicamentos que permiten que el paciente lleve una vida absolutamente normal: sin crisis de asma, sin síntomas persistente, con capacidad de hacer todo tipo de deportes y con una buena calidad de vida.
Para bloquear la inflamación bronquial que tienen los pacientes asmáticos se utiliza un antiinflamatorio de uso permanente (corticoide inhalado) y, cuando se desencadena una crisis, es necesario agregar un broncodilatador, medicamento que debe ser empleado únicamente en estos casos. De hecho, no tener que usar broncodilatadores es un buen indicador del control de la enfermedad.
Cuidado con el mal uso de los broncodilatadores
Se ha visto que el uso indiscriminado de broncodilatadores puede producir problemas en los niños pequeños como, por ejemplo, temblores, taquicardia o excitación psicomotora, por eso su uso debe estar estrictamente vinculado a la recomendación médica.
Muchos pacientes, cuando están obstruidos y utilizan broncodilatadores, sienten un alivio inmediato de sus síntomas. En cambio, si se aplican el antiinflamatorio (corticoide inhalado) no sienten lo mismo. Entonces, se crea una confusión y el paciente erroneamente piensa que el broncodilatador es el medicamento que le sirve y le hace bien, pero éste es un tratamiento de rescate o de emergencia y su uso indiscriminado puede ser peligroso.
Existen estudios que han demostrado que los pacientes que sobreusan los broncodilatadores tienen un mayor riesgo de tener crisis y también de morir por esta causa, ya que no están tratando el problema de base que es la inflamación de la vía aérea.
Por otro lado, la inflamación bronquial no tratada y mantenida en el tiempo puede producir un daño en la función pulmonar que es irreversible. Es así como algunos niños con asma y que no reciben tratamiento -o éste es mal llevado-, pueden evolucionar en la adultez a una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Así, la clave del éxito del tratamiento del asma bronquial es el uso permanente de los antiinflamatorios (corticoides inhalados), lo que lleva a que el paciente tenga un buen control de su enfermedad, con lo que no requerirá usar broncodilatadores, que a la larga -si se usan en forma indiscriminada-, pueden ser nocivos para la salud.